miércoles, 2 de julio de 2008

Walt Whitman - Selección Canto a mí mismo

Ni yo ni nadie más puede andar aquel camino por ti,
Tú debes andarlo por ti mismo.

No está lejos, está dentro del alcance,
Quizás has estado sobre él desde que fuiste parido y no lo sabías,
Quizás es todos los lugares sobre el agua y sobre la tierra.

Lleva al hombro tus bártulos hijo querido, yo llevaré los míos y apresúremonos,
Ciudades maravillosas y naciones libres
alcanzaremos cuando partamos.

Si te cansas, dame ambas cargas, y apoya el talón de tu mano en mi cadera,
Y a su debido tiempo me devolverás el mismo servicio,
Porque después que de que salgamos nunca yaceremos juntos otra vez (...)

Tú también estás haciéndome preguntas y yo te escucho,
Respondo que no puedo responder, tú debes descubrirlo por ti mismo.

Siéntate un rato, hijo querido,
Aquí hay bizcochos para comer y leche para beber,
Pero tan pronto como te duermas y te recobres
dulcemente arropado, te besaré con un beso
de despedida y abriré el portón para tu salida
desde ahora

Has soñado demasiado sueños viles,
Ahora lavo la goma de tus ojos,
Debes habituarte al deslumbre de la luz y de cada momento de tu vida.

Mucho tiempo has chapoteado tímidamente sobre una tabla cerca de la costa,
Ahora te haré ser un nadador osado,
Para arrojarte en el medio del mar, elevarte otra vez, que me saludes con la cabeza, grites y risueñamente me salpiques con tu cabello.
46, Walt Whitman

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