martes, 10 de febrero de 2009

Thomas Mann - La Montaña Mágica

Últimamente he estado leyendo "La Montaña Mágica" y me he sorprendido gratamente. Además estoy leyéndola, creo yo, justo en el momento preciso. Este joven Hans Castorp y su viaje a los altos para ver a un primo que está en un sanatorio, pues sufre de tuberculosis...me involucra más de lo que pienso. Debo viajar, por un nuevo empleo, no sé con qué me encontraré allá, estoy un poco temerosa al respecto. Hace años cuando hice un viaje similar, creí que era un período transitorio, pero no fue así, estuve siete años. Ahora, temo nuevamente y creo que no me acostumbraré y lo pienso como un viaje por unos meses, y de pronto encuentro las frases precisas para mí "el principio siempre es doloroso" ( de ahí que crea en los dioses y sus mensajes divinos que se manifiestan en cualquier persona, texto, película, etc)
Thomas Mann, el autor era culto, "un erudito" - versa por ahí, y aparece cada "ser", quien es presentado y va encantando a nuestro personaje. Nos llegan sus situaciones, sus diálogos - muy entretenidos por lo demás - y luego el narrador se encarga de dar la última pincelada - pero ya hemos sido tocados por él. Hans Castorp está ansioso de conocer el lugar y las personas, pero lo ve como un "recreo" de tres semanas, transcurridas éstas, piensa retornar y continuar con su vida en e instante que las dejó...Claro que mi intuición me dice que el entorno y las personas cambiarán al protagonista o le darán un nuevo giro y sentido y aquí estoy esperando que acontece...
Continúo en mi ascenso a la montaña y sigo cautivada con los personajes, sobretodo, Settembrini, cada filosofía que se desprende de él. Recientemente una línea que me ha cautivado: Hans Castorp se siente molesto con la ignorancia de una tal sra. Störh, tanto así que se siente en un "dilema" cada vez que esta mujer hace alguna observación, pues no sabe si reír o llorar. Encuentro absolutamente normal su sentimiento. Al respecto puedo decir que detesto a las personas que sólo dicen idioteces, me afiebran, a lo igual que le sucede con él. Las evito, sin embargo, la vida se ha encargado de dejarme junto a ellas más de lo que quisiera y siempre he aprendido algo mejor aún. En relación a esta situación, mi conciencia ya me había recordado otra frase, que me ayuda con mi intolerancia, en el gran Gatsby, algo así como: “ no juzgues a las personas que no han tenido las mismas oportunidades que tú ”; pese a ello me cuesta vivir con el ser humano y a ellos les cuesta vivir conmigo, si he de ser franca. En fin, Settembrini da una enseñanza profunda, él dice:
“...En pocas palabras, considero que el caso de esa mujer ridícula no pone al sentimiento humano ante un dilema, como usted decía. Está enferma y es estúpida, ¡Por Dios!, es la miseria en persona; pero eso es muy sencillo, lo único que se puede hacer es compadecerla y encogerse de hombros. El dilema, señor mío, lo trágico, comienza allí donde la naturaleza fue lo bastante cruel para romper, o impedir desde el principio, dando un alma noble y llena de ganas de vivir a un cuerpo incompatible con la vida. ¿ Conoce usted a Leopardi, ingeniero ( Hans Castorp es ingeniero naval), o usted, teniente? Fue un desgraciado poeta de mi país ( Italia), un hombre jorobado y enfermizo, un alma grande por naturaleza pero constantemente rebajada por la miseria de su cuerpo y arrastrada a los bajos fondos de la ironía...
El tullido Leopardi, señores, dense cuenta de esto, se vio sobre todo privado del amor de las mujeres, y sin duda por eso no pudo evitar que su alma se marchitase. El brillo de la fama y la virtud palidecieron, la naturaleza se tornó malvada ante sus ojos ( por otra parte, la naturaleza es realmente malvada, estúpida y malvada; en eso le doy razón) y se desesperó. Es terrible decirlo, pero perdió la fe en la ciencia y en el progreso. Y esta es la tragedia, Señor Ingeniero. Aquí tiene su "dilema para el sentimiento humano", no en esa mujer cuyo nombre no quiero ni esforzarme en recordar... No me hable de la "espiritualización" que puede resultar de la enfermedad. ¡Por el amor de Dios, no lo haga! Un alma sin cuerpo es tan inhumana y espantosa como un cuerpo sin alma. Por cierto, lo primero es una rara excepción y lo segundo es el pan nuestro de cada día. Por regla general es el cuerpo el que domina, es el cuerpo el que domina el que acapara toda la vida y se emancipa del modo más repugnante. Un hombre que lleva una vida de enfermo no es más que un cuerpo; eso es lo que va contra natura, lo humillante, pues en la mayoría de los casos tal hombre no vale mucho más que un cadáver..."
Qué profundo conocimiento de la condición humana! La eterna tragedia griega, el hombre enfrentado a la fuerza suprema de la naturaleza. Tenemos defectos que nos limitan e incluso algunos nos socavan como el caso del poeta aquél. Las personas viven enfrascadas en cultivar la superficie y se olvidan de lo esencial: el espíritu. Si la madre naturaleza nos ha negado una habilidad física, intelectual, etc. Constantemente luchamos con ello, porque estamos en el constante "soy una persona" y el menoscabo. Podemos decir algo importante, pero ahí están nuestros pares encargándose de recordarnos que tenemos un problema...y me acordé de un chiste que vi por allí...como diciéndote: "es que no va por ahí..." como aludiendo a"¿por qué eres tan negro?". He conocido gente con talento, con potencial y sin embargo, sus frustraciones son barreras en su ascenso. Nuestra mente nos entrampa, aún si hemos logrado conseguir en parte lo que anhelábamos. Nuestro aspecto prima y priva...




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