sábado, 7 de mayo de 2011

Existió una persona que podría entendernos. Pero ha muerto...


"Podría reservarme los motivos que me movieron a escribir estas páginas de confesión; pero como no tengo interés en pasar por excéntrico, diré la verdad, que de todos modos es bastante simple: pensé que podrían ser leídas por mucha gente, ya que ahora soy célebre; y aunque no me hago muchas ilusiones acerca de la humanidad en general y de los lectores de estas páginas en particular, me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA SOLA PERSONA.
"¿Por qué -se podrá preguntar alguien- apenas una débil esperanza si el manuscrito ha de ser leído por tantas personas?" Este es el género de preguntas que considero inútiles. Y no obstante hay que preverlas, porque la gente hace constantemente preguntas inútiles, preguntas que el análisis más superficial revela innecesarias. Puedo hablar hasta el cansancio ya gritos delante de una asamblea de cien mil rusos: nadie me entendería. ¿Se dan cuenta de lo que quiero decir?
..... Existió una persona que podría entenderme.
Pero fue, precisamente, la persona que maté." Fragmento El Túnel


Quise empezar con esa frase célebre de el Túnel esta entrada, aunque suene pretenciosa.La muerte de Ernesto Sabato me ha conmovido profundamente. Sus textos me han acompañado largos años, como mi Demian, de Hermann Hesse.En sus páginas me encontré tantas veces, a través de los monólogos de Martín o en las pesadillas de Alejandra y es que hay tanta humanidad en ellos. Para mí Sabato es uno de los artistas más grandes que ha concebido el mundo. No tiene muchos libros, pero como dice el vulgo: "de lo bueno, poco". Llegué a él por "Sobre héroes y tumbas" y me subyugó su capacidad creativa, su lenguaje, sus hipótesis; pero por sobre todo su conocimiento de la condición humana.Pocos libros logran captar la esencia humana como él lo consiguió.
El mirador de Alejandra...Sus paredes fueron testigos de tantos tormentos.


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