martes, 10 de mayo de 2011

Hamlet - To Be Or Not To Be - Laurence Olivier



Hamlet: To be, or not to be (from Hamlet 3/1)
To be, or not to be: that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing end them?
To die: to sleep;
No more; and by a sleep to say we end
The heart-ache and the thousand natural shocks
That flesh is heir to, 'tis a consummation
Devoutly to be wish'd.
To die, to sleep;To sleep: perchance to dream:
ay, there's the rub;
For in that sleep of death what dreams may come
When we have shuffled off this mortal coil,
Must give us pause: there's the respect
That makes calamity of so long life;
For who would bear the whips and scorns of time,
The oppressor's wrong, the proud man's contumely,
The pangs of despised love, the law's delay,
The insolence of office and the spurns
That patient merit of the unworthy takes,
When he himself might his quietus make
With a bare bodkin? who would fardels bear,
To grunt and sweat under a weary life,
But that the dread of something after death,
The undiscover'd country from whose bourn
No traveller returns, puzzles the will
And makes us rather bear those ills we have
Than fly to others that we know not of?
Thus conscience does make cowards of us all;
And thus the native hue of resolution
Is sicklied o'er with the pale cast of thought,
And enterprises of great pith and moment
With this regard their currents turn awry,
And lose the name of action.


Ser o no ser, esa es la cuestión.
¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin?
Morir, dormir... nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne... Es un final piadosamente deseable.
Morir, dormir, dormir... quizá soñar.
Ahí está la dificultad.
Ya que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar el impulso. Ahí está el respeto que hace de tan larga vida una calamidad.

sábado, 7 de mayo de 2011

Existió una persona que podría entendernos. Pero ha muerto...


"Podría reservarme los motivos que me movieron a escribir estas páginas de confesión; pero como no tengo interés en pasar por excéntrico, diré la verdad, que de todos modos es bastante simple: pensé que podrían ser leídas por mucha gente, ya que ahora soy célebre; y aunque no me hago muchas ilusiones acerca de la humanidad en general y de los lectores de estas páginas en particular, me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA SOLA PERSONA.
"¿Por qué -se podrá preguntar alguien- apenas una débil esperanza si el manuscrito ha de ser leído por tantas personas?" Este es el género de preguntas que considero inútiles. Y no obstante hay que preverlas, porque la gente hace constantemente preguntas inútiles, preguntas que el análisis más superficial revela innecesarias. Puedo hablar hasta el cansancio ya gritos delante de una asamblea de cien mil rusos: nadie me entendería. ¿Se dan cuenta de lo que quiero decir?
..... Existió una persona que podría entenderme.
Pero fue, precisamente, la persona que maté." Fragmento El Túnel


Quise empezar con esa frase célebre de el Túnel esta entrada, aunque suene pretenciosa.La muerte de Ernesto Sabato me ha conmovido profundamente. Sus textos me han acompañado largos años, como mi Demian, de Hermann Hesse.En sus páginas me encontré tantas veces, a través de los monólogos de Martín o en las pesadillas de Alejandra y es que hay tanta humanidad en ellos. Para mí Sabato es uno de los artistas más grandes que ha concebido el mundo. No tiene muchos libros, pero como dice el vulgo: "de lo bueno, poco". Llegué a él por "Sobre héroes y tumbas" y me subyugó su capacidad creativa, su lenguaje, sus hipótesis; pero por sobre todo su conocimiento de la condición humana.Pocos libros logran captar la esencia humana como él lo consiguió.
El mirador de Alejandra...Sus paredes fueron testigos de tantos tormentos.


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