sábado, 28 de junio de 2008

Cinema Paradiso

La vida no es una película, la vida es más dificil...

Juan Agustín Goytisolo - "Nadie está solo" y "palabras para Julia"

NADIE ESTÁ SOLO Juan Agustín Goytisolo

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado tan sólo por amar la libertad.
Ignoro dónde vive, qué lengua habla,
de qué color tiene la piel,
cómo se llama,
pero en este mismo instante,
cuando tus ojos leen mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos.
¿Oyes? Un hombre solo grita maniatado,
existe en algún sitio.
¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo.
Ahora, en este mismo instante,
también a ti y a mí nos tienen maniatados.

domingo, 22 de junio de 2008

El Hombre Elefante - David Lynch " Qué tan "humano" soy?













A raíz de una situación particular, que no comentaré aquí, he recordado esta hermosa película de David Lynch. Estaba pensando en cuántas rondas infantiles tenían un contenido discriminatorio. De dónde sacábamos esas historias, por qué nunca se nos revelaba el sentido del juego en cuestión...sólo fue la cultura?, nuestros padres?, la educación? Por ejemplo, recuerdo el romance de la niña negra, "...las otras niñas del barrio jugaban, las otras niñas del barrio nunca jugaban con ella?..." Puede haber algo más cruel? O la ronda :" -¿cuántos panes hay en el horno? -veintiún quemados - quién los quemó..." Y ya sabemos la respuesta...Cómo se pudieron crear canciones así y reírnos de un dolor tan grande como fue el holocausto judío?, son los niños crueles? Creo que no...sólo han sido "envenenados" con los miedos de los adultos. Miedo a qué?, a salirnos de la línea?

Me he cansado de escuchar frases como: " con quién vas? Te confundirán con una de ellas"; " no te vistas con escotes, serás tomada como mujer fácil", " ¿ La violaron? Pero miren cómo andaba. Ella lo provocó...", " Ese peinado no te va, tíñete el pelo, tienes canas", "estás gordita..." y si adelgazamos..." Pareces ánima , qué te has hecho...," No me gusta esa niña para ti...es rarita..", " qué fea cicatriz!", "no le des ese trabajo, es mujer", "compréndanlo, es inválido, es enfermo" cómo puedes andar con alguien tan negro!", " que los indios", ... Si todos somos anormales...dónde está la normalidad, entonces. O no cuentan cosas como: la dulzura, la inteligencia, la historia personal, la sabiduría ? O por ser negra no entiendo o no siento. Si ser moreno es tan malo...qué insistencia de broncearse hasta en invierno? o de usar y abusar de la ropa oscura?
Si ser normal significa maquillarnos hasta quedar irreconocibles, vestirnos iguales, tener pelo manejable y ultra liso. (Se han fijado que ya no hay personas crespas?) adelgazar hasta que nos queden las tallas infantiles o subirnos, bajarnos, sacarnos o quitarnos humanidad...Es ahí cuando me pregunto si el engaño no estará en nuestros ojos y los mounstruos del cuento son los "normales"y no los distintos.
Me pregunto si los autores de historia futuristas, Huxley entre otros, no se referírían a esta suerte de clonaje? Dejaremos de pensar, dejaremos de SER para PARECER y PADECER. No se supone que en la diversidad está la riqueza? Lynch lo ha dicho muy bien: "soy un ser humano", "soy una persona"...

sábado, 21 de junio de 2008

Los Coristas








El juego de las lágrimas, una visión psicológica, de Gaceta Universitaria

" A propósito de ella, el director está desarrollando una historia de amor, de identidad sexual, de lealtad, y varias más. Por ejemplo, el espectador puede notar el curioso papel de los genitales masculinos en el desarrollo del film. En las primeras escenas Jody es seducido por Jude en un parque de diversiones, con la finalidad de secuestrarlo. Pensando que es una conquista, Jody, muy excitado, desea llevarla a algún rincón. Pero siente entonces necesidad de orinar, y temiendo que Jude escape, lo hace teniendo en una mano su pene, y en la otra la mano de Jude. Ya en cautiverio, Jody necesita orinar, pero está esposado, de modo que esta vez su pene es sostenido por Fergus, quien irónicamente ante el agradecimiento de Jody, le dice: “fue un placer”. Ambos ríen. Pero además, Jody encamina a Fergus hacia Dil, quien tiene para este último algo inesperado: pene. Sin embargo, no tomará ese derrotero nuestra interpretación.
En el trasfondo de lo dicho está el tema de la identidad sexual: Dil es transexual, es decir, una mujer con cuerpo de hombre, cuerpo que rechaza y siente como impropio, y que –por así decirlo– “repara” mediante el maquillaje y la vestimenta. No es propiamente un travesti. Se denomina travesti a una persona, generalmente homosexual y hombre, que atrae a otros hombres “aparentando” ser mujer, pero que ama su cuerpo y sus genitales. Sobre la base del tema de la identidad sexual, pensamos que el contenido más radical que nos ofrece el director Neil Jordan es la sutil relación que hay entre el “aparecer” y el “ser”, entre lo que las cosas parecen y su verdadera naturaleza.
La historia que anuda éstos y otros aspectos del film es aquella del escorpión y la rana. Para quienes no la recuerden, consiste en lo siguiente. El escorpión –que no sabe nadar– debe cruzar el río. Le pide entonces a la rana que lo transporte hasta la otra orilla. La rana se niega, diciéndole: “no puedo hacerlo, tú me picarías”. El escorpión replica: “Cómo voy a picarte; si lo hago, moriremos los dos”. La rana accede, pues el argumento del escorpión le parece irrefutable. Con el escorpión en la espalda, la rana emprende la travesía. En la mitad del río siente un fuerte dolor: el escorpión la ha picado. Perpleja y moribunda, la rana le pregunta: “¿Por qué lo hiciste?” El escorpión, ahogándose, le responde: “Lo siento: está en mi naturaleza, no pude evitarlo”.
Hay algo conmovedor en esta historia. Pero, sabemos, las historias de engaños no conmueven. A lo más desagradan o enrabian. ¿Qué hay entonces en esta historia que nos conmueve? Pues, justamente, que no se trata de un engaño. El escorpión, sinceramente, cree que no picará a la rana, y la rana, sinceramente, le cree al escorpión. Pero la voluntad y la convicción consciente no bastan para torcer la naturaleza de cada quien. Hay aquí un fatum, una destinación. El escorpión parece un ser razonable en ese momento, pero no es esa “razón” la que en definitiva determina su conducta. Esta destinación coloca a The Craying Game en el terreno de la tragedia griega, es decir, de aquella que surgió en el siglo de Pericles como un género que continúa conmoviendo a la humanidad hasta hoy (piénsese en Sófocles y la tragedia Edipo Rey). En la tragedia griega el oráculo, como el de Delfos, expresaba la voluntad del dios Apolo, y era infalible. La profecía del Oráculo, a pesar de todos los esfuerzos de los héroes trágicos, siempre se cumple: efectivamente, Edipo mata a su padre, se casa con su madre y tiene cuatro hijos con ella. A diferencia de la tragedia clásica, en nuestra historia no hay un oráculo que exprese la voluntad de un dios. ¿Dónde entonces está la destinación? Está en la “naturaleza”. Es la naturaleza la que no se puede evitar.
Debemos por lo tanto preguntarnos qué estamos diciendo con la palabra “naturaleza”.


natuRaleza, VeRdad Y apaRiencia1
UNA REFLExIÓN PSICOLÓGICA A PROPÓSITO DE LA PELÍCULA
“EL JUEGO DE LAS LÁGRIMAS” DE NEIL JORDAN
(Rev GU 2006; 2; 2: 144-147)
césar ojeda



Al este del edén - John Steinbeck ( fragmento)


"–Pues que todo niño cree que el pecado es de su invención, mientras que la virtud se aprende porque nos hablan de ella. Pero el pecado es nuestra propia creación.
–Ya comprendo. Pero ¿cómo puede hacernos mejores esta his­toria?
–Porque somos sus descendientes –contestó Adam con excitación–. Es nuestra madre. Parte de nuestra culpa proviene de nuestros ances­tros. ¿Qué probabilidades nos quedan? Somos los hijos de nuestros padres, lo que significa que no somos los primeros. Es una excusa, pero en el mundo no existen excusas suficientes.
–Al menos, no lo suficientemente convincentes –respondió Lee–. De lo contrario, hace mucho tiempo que hubiéramos borrado nuestra culpa y el mundo no estaría repleto de hombres tristes y agobiados por el sentimiento de culpabilidad.
–¿Qué otro marco se le puede poner a este cuadro? –preguntó Samuel–. Con excusas o sin ellas, tenemos que retrotraemos a nuestros antepasados. Tenemos culpa.
–Recuerdo que me sentía algo resentido con Dios –explicó Adam–. Tanto Caín como Abel ofrecieron lo que poseían, pero Dios aceptó el presente de Abel y rechazó el de Cain. Eso siempre me pareció injusto. Jamás lo comprendí. ¿Y usted?

DEMIAN - Hermann Hesse




"... Todos los hombres pasan por estas dificultades. Para el hombre medio es éste el punto en que las exigencias de su propia vida entran en colisión dramática con las circunstancias, el punto en que tiene que luchar más duramente por alcanzar el camino que conduce hacia adelante. Muchos viven tal morir y renacer, que es nuestro destino, sólo en ese momento de su vida en que el mundo infantil se resquebraja y se derrumba lentamente, cuando todo lo que amamos nos abandona y, de pronto, sentimos la soledad y la frialdad mortal del universo que nos rodea. Muchos se estrellan para siempre en este escollo y permanecen toda su vida apegados dolorosamente a un pasado irrecuperable, al sueño del paraíso perdido, que es el peor y más nefasto de todos los sueños."

Pelle, el conquistador

Esta es una de mis películas favoritas. La vi hace muchísimo tiempo y siempre la guardé en mi mente. Será por la fuerza de la interpretación, por las imágenes, los conflictos o simplemente por el anhelo de cambiar nuestras vidas para conseguir La LIBERTAD.
El niño que representa al protagonista tiene el mismo nombre. Por ahí leí que la madre del pequeño actor solía leerle a éste su libro favorito y el origen de su nombre.La película está basada en el libro de Martín Andersen Nexo, libro que no he podido conseguir aún.